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Los eones en que se divide el tiempo geológico son: Hádico, Arquozoico o Arcaico, Proterozoico y Fanerozoico. A los tres primeros se les conoce comúnmente como Precámbrico.
En el Hádico se diferencian las capas de La Tierra, se forma el Atmósfera y los océanos.
En el Arcaico aparecen los primeros seres vivos, las bacterias heterótrofas. Se produce un cambio en la composición de la Atmósfera, acumulándose oxigeno libre producido por fotosíntesis de las Cianobacterias.
En el Proterozoico la temperatura, en el planeta, disminuye. Se forma el primer supercontinente llamado Rodinia. Aparecen los seres pluricelulares, conocidos como fauna Ediacara.
Durante el Paleozoico Rodinia se fracturó, luego los continentes volvieron a reunirse, formando el supercontinente Pangea. La climatología del planeta fue variable. Se alternaron periodos áridos y glaciares. Los fósiles característicos de esta era son trilobites, braquiópodos, helechos gigantes y graptolites.
En el Mesozoico Pangea se dividió, provocando grandes transgresiones marinas. La temperatura del planeta aumentó. Dominaron los dinosaurios, aparecieron los mamíferos, las aves y las angiospermas. Fósiles característicos son: ammonites, belemnites, erizos marinos, como Micraster, caracoles, como turritella, y los restos de los dinosaurios.
Durante el Cenozoico chocaron las zonas continentales y se originaron grandes cadenas montañosas como el Himalaya o los Alpes. Se enfrió el planeta y se produjeron largos periodos glaciares. Aparecen los Homínidos.
Para reconstruir la historia geológica de un lugar se deben aplicar los principios del actualismo, la superposición de los estratos, la sucesión faunística y la superposición de los acontecimientos.
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